(…)
- Morir por dinero es una estupidez.
+ Y morir por una mujer más aún.
- Amigo, algunas mujeres convierten a los niños en hombres,
y a los hombres en niños. ¿Qué es un hombre sin una mujer que ilumine sus días?
Un alma errante, ahogado en un mar de desilusión, envidiando a todos aquellos
que contemplan al despertar cada mañana la belleza terrenal, el mayor logro de
la naturaleza.
+ No se puede vivir con ellas, anulan al hombre, lo atrapan
en su telaraña de sentimentalismo, tratan de convertirlo en algo que no es.
Para un rato están bien, pero después no dejan de ser la némesis de todo
hombre,
que se considere a sí mismo como tal, claro.
- Ni sin ellas. Y si es tan pura que el simple hecho de
rozar su suave piel se convierte en una causa perdida, mejor aún. Una mirada
cómplice suya vale más que todo el oro y poder que puedas llegar a poseer. Deja
que te cautive su sonrisa, surgida del candor de una rosa. Ellas son la única
razón por la que un escéptico como yo podría llegar a creer en un ser superior.
Tus palabras son las de un resentido, un desdichado que acabará su vida sin
valor para descubrir la verdad.
+ Te hechizan con sus encantos y cuanto abres de nuevo los
ojos te ves llevando una vida rutinaria e insustancial de la que no puedes
escapar.
- Eso les pasa a aquellos que no sienten el fuego pasional del amor. Todo hombre debería preguntarse si está dispuesto a morir por su mujer, entonces sabrá si de verdad la ama y que su vida tiene valor. Un hombre necesita querer y ser querido tanto como la solitaria luna a las estrellas. ¿Para qué crees que fue inventada la música? Para recordarles cuánto las queremos y lo mucho que sufrimos por ellas. Consiente mi consejo, pues un buen consejo se acepta hasta del mismísimo diablo, y sabes que yo siempre hablo con sinceridad.
"Como ya es usual, siempre hay una gran mujer detrás de cada idiota." John Lennon
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