La vida es lucha, valor, entrega, pasión, miedo, risa,
llanto. La vida es muerte, dormir junto a ella, observándola fijamente y
sonriéndole. El estado de bienestar contradice todas esas emociones, es algo
innatural a la condición humana y la madre naturaleza castiga con infatigable
saña cuando no se la obedece. Y la pregunta clave es, ¿Puede el ser humano
vivir en un estado en el que sus necesidades primarias y materiales estén satisfechas? Nunca por periodos prolongados de tiempo, y esto es debido a que paulatinamente
caemos en un estado de somnolencia.
¿Qué está ocurriendo
en España? Acaece sobre nosotros la mayor depresión desde la postguerra y nos
mantenemos indiferentes, incapaces de reaccionar, anonadados delante de nuestro
televisor o nuestro teléfono móvil de última generación. Otra posible explicación sería
nuestra imbecilidad histórica, pero no creo realmente que éste sea el caso. Nos
llega el lodo hasta el cuello, no hay escapatoria posible, pero al menos
llevémonos con nosotros a todos los responsables de arruinar nuestro futuro. Desatemos
nuestra ira acumulada y castiguemos con seria frialdad a nuestros mandatarios y
poderes fácticos en las plazas de los pueblos, como históricamente se ha hecho
en otras naciones europeas. ¡Basta ya de tanta democracia y Estado de derecho!
La rebeldía no entiende de leyes. Quiero ver a los poetas volver a las
trincheras.
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